El aporte voluntario es mucho más que una contribución económica: es una decisión consciente de cuidar el futuro. En un contexto donde la previsión muchas veces se posterga, elegir aportar es también elegir tranquilidad, estabilidad y confianza en los años por venir.
Muchos profesionales encontraron en esta herramienta una forma concreta de fortalecer su jubilación. Cada contribución representa un paso hacia una mayor seguridad económica y una forma de acompañar el crecimiento colectivo del sistema.
Dante, bioquímico jubilado y parte del Régimen de Previsión Social, entendió esa importancia desde temprano. Recuerda que, cuando se puso en marcha la modalidad del aporte voluntario, no tuvo dudas de que debía capitalizar lo aportado. Con convicción y constancia, mantuvo sus aportes durante toda su vida profesional, actualizándolos cada vez que podía, convencido de que “la capitalización iba a ser mejor en el RPS porque el volumen que mueve es superior al que yo puedo mover”.
Con el paso del tiempo, comprendió que esa decisión marcaría una diferencia significativa. “Sabía que si no realizaba aportes extras, mi jubilación iba a ser muy inferior”, reflexiona.
Dante reconoce que no siempre fue fácil sostener el hábito, especialmente en los primeros años de ejercicio profesional. “Yo también pasé por esa disyuntiva —admite—. Es entendible que los más jóvenes prioricen otras cosas, pero los años pasan rápido, y cuando llega el momento te das cuenta de que fue la mejor decisión.”
El acompañamiento del RPS, destaca, fue fundamental a lo largo de su trayectoria: siempre sintió que el organismo estuvo cerca, brindando respuestas y contención en cada etapa.
Su consejo para las nuevas generaciones es claro: pensar a largo plazo y no dejar para después las decisiones que pueden marcar la diferencia. Para Dante, el primer paso es animarse a conocer. Cree que los profesionales jóvenes deberían acercarse al RPS, hacer preguntas y descubrir cómo el aporte voluntario puede convertirse en una herramienta clave para su futuro.
Historias como la de él reflejan el verdadero sentido del aporte voluntario: construir entre todos un futuro más sólido y sostenible. Porque cada aporte no solo asegura una jubilación más digna, sino que también fortalece la red que sostiene a toda la comunidad profesional.

